sábado, 23 de junio de 2012

San Juan


Hoy es mi último San Juan en Málaga. Al menos, el último que paso aquí como estudiante.

De pequeña, la noche de San Juan no era nada importante para mí porque en mi familia no existía la tradición de pasarla en la playa así que hasta que no fui lo suficientemente mayor como para ir yo sola con mis amigos no conocí esta fiesta tan maravillosa.
Yo no soy, para nada, una persona fiestera (y eso todo el que me conozca lo sabe de sobra :p) pero la noche de San Juan es diferente, es mágica.
Estoy convencida de que en esta noche, y aunque sea solo por unas horas, la magia existe. La magia del fuego a las orillas del mar, la magia del verano, de la luna... Magia.

Son 4 años en Málaga y 4 noches de San Juan a cuál más diferente.
La primera fue la del año 2009. Era mi última noche en la residencia que me había acogido durante todo ese curso, el primero en mi nueva ciudad. Sabía que a partir del día siguiente muchas cosas cambiarían sin posibilidad de dar marcha atrás. Toda la gente que pudo, evidentemente, se fue a la playa a celebrarlo pero los pringaditos que teníamos examen al día siguiente no nos atrevimos. Sin embargo, lo que hicimos en la residencia fue mucho más especial. Y es que San Juan es mágico tanto en la playa como en el lugar más recóndito de la Tierra. Como no queríamos tener un mal verano por culpa de no cumplir con las tradiciones, a las 12 de la noche decidimos bajar a la piscina y allí también sentí esa magia... La magia de estar, por última vez, con una enorme familia que había conocido tan solo 9 meses antes. En ese momento creo que no me sentí tan filosófica, pero ahora, echando a la vista atrás, es difícil no recordar esos momentos con alegría.

El segundo San Juan fue un poco diferente. No tenía examen al día siguiente aunque sí el de después, pero no quería volver a perderme San Juan en Málaga además de que tocaba gratis uno de mis grupos favoritos de toda la vida, Hombres G. Ese día simplemente me bañé a las 12, salté alguna que otra hoguera y vi a mis Hombres G. Algo que me dejó completamente descolocada es que no hubo una gran afluencia en el agua cuando el reloj marcó las 12 y yo, acostumbrada a la marabunta de la playa del Zapillo en Almería, me quedé completamente extrañada mientras la gente mirada como si fuera una loca... o más bien una lunática. Que no fuera la fiesta padre no quiere decir que no disfrutara de la magia de aquella noche, ya que mis queridos Hombres G pusieron el toque especial aquel San Juan, mientras yo lo daba todo entre gente mucho mayor que yo, que también lo daba todo. Otro día en el que me dí cuenta de que nací en la época equivocada.

El tercer San Juan en Málaga también fue completamente diferente a los otros dos. Nos juntamos personas sin relación entre todas, con solo algunas amistades en común y fuimos a los Álamos (en Torremolinos), el sitio de moda en verano. El problema este día es que yo tengo una idea de San Juan muy concreta, que creo que no comparto con la mayoría de las personas (sí, otra noche de darse cuenta de que ésta no es mi época). La gente quería ir de discotecas después de media noche en la playa y eso nunca ha entrado en mi cabeza, algo razonable si tenemos en cuenta que mi definición de San Juan es magia y ya me contaréis qué magia hay en una discoteca... Desde luego, más que en la playa no.
Fue divertido ya que éramos un grupo muy grande aunque, como siempre suele pasar en estas noches... La magia se acaba. Y cuando digo magia, esta vez me refiero a las fuerzas. Esa noche también fue mágica pese a la interminable vuelta a casa.

Hoy no sé lo que me deparará la noche de San Juan. Lo que sí que espero es que siga siendo capaz de captar la magia.

¡Feliz San Juan a todos!

1 comentario:

  1. "Había un sapo, sapo, sapo...." cantado en el mar a las 12 mientras mil personas te miran xdd Seguro que Luna Lovegood lo define como magia!

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