viernes, 30 de diciembre de 2011

El musical que conmueve al mundo.

5:45 a.m del día de Navidad. Suena mi despertador y contra todo pronóstico pego un salto de la cama sin ningún esfuerzo. Por fin es el día. El día que llevaba esperando meses, por no decir años. Tenía por delante unas seis horas de coche y carretera pero las ganas pueden más que el cansancio o el aburrimiento. Por fin llegamos a Madrid sin demasiada dificultad y después de un rápido turisteo por el centro llegó el momento.
No podía creer que estuviera allí, con mis entradas preparadas y haciéndome fotos con cualquier detalle del gran teatro Lope de Vega, que ha sido magníficamente reformado para tal evento. 

Y así, dio comienzo uno de los espectáculos más maravillosos que han visto mis ojos. En cuanto sonaron los primeros acordes de el ciclo vital no pude contener las lágrimas. No sabría explicar muy bien por qué, supongo que una mezcla de emoción por estar por fin allí, que sonara una de las mejores canciones que Disney ha creado y , sobre todo, la grandísima puesta en escena que hacía que no pudiera dejar de asombrarme y maravillarme. Poco a poco fue avanzando el musical y en un determinado momento, que soy incapaz de identificar, dejé de ver a actores sobre el escenario para observar a toda la fauna de la sabana. Dejaron de ser personas con máscaras o trajes para convertirse en jirafas, hienas y, por supuesto, leones. Y por ello, todos los actores se ganaron mi mayor admiración y respeto. Esto no hubiera sido posible sin el genial tandem que hacen atrezzo y cast que consiguen que te olvides incluso de que estás sentado en un teatro de la Gran Vía y te introducen en la historia de Mufasa, Simba, Nala y el malvado Scar. 

En definitiva, es un espectáculo que alcanza la perfección. Desde que entras en el teatro te invade el espíritu de El Rey León. Los actores son magníficos, destacando a Simba en sus versiones cachorra y adulta. Una más que genial elección de actores. El momento en el que aparece Carlos Rivera con su grandísima voz y su  imagen de Simba adulto me dejó absolutamente de piedra. 

Y es que es algo que merece totalmente la pena ver y desplazarse a Madrid si es necesario. Es algo que hay que ver para volver a creer como un niño. 

Lo único malo que obtengo de la experiencia es que me quedé con ganas de despedir a Simba y Nala en versión cachorra, ya que se merecían su grandísima ovación que seguramente obtendrían aunque comprendo que no eran horas para chicos tan pequeños. Pero lo peor de todo es que ahora todo lo que vea me va a parecer poco. 

Los mejores momentos: El principio (El ciclo vital), Yo voy a ser Rey León, Hakuna Matata, y ÉL VIVE EN TI. Él vive en ti es el momento con el que más me he emocionado y es que Carlos Rivera y Brenda Mholongo están soberbios a más no poder. 


El musical de El Rey León es una delicia para todos los sentidos y efectivamente, la emoción comienza cuando compras las entradas y no te abandonará nunca.

El mejor día de Navidad imaginable. Yo desde luego, ya estoy haciendo cuentas y planes para volver cuanto antes otra vez.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo!! Leer esta entrada me ha recordado todo lo que vivimos y me he emocionado de nuevo!! volveremos!!

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